Lo dicta Silvina Heguy. Comienza el 10 de setiembre y finaliza el 29 de octubre.
El periodismo que se ocupa de los problemas sociales es periodismo del puro: noticias e historias que afectan y protagonizan las personas comunes.
De ahí uno de sus problemas: son ciudadanos que, por lo general, no tienen poder, aunque el Poder (con mayúsculas) actúa sobre ellos y les modifica la vida. Ante esta realidad -del aborto a la crisis educativa; de la droga a los accidentes de tráfico o a los adolescentes que huyen de su casa- los periodistas que trabajamos temas sociales necesitamos más que cualquier otro poner en práctica todas las herramientas de la profesión.
Usar los cinco sentidos, investigar en profundidad y contarlo de la mejor manera posible. Estar atentos a qué sucede cada día. Para eso hay que ir más allá de los cuadernos de notas o frases textuales dichas ante los grabadores. Para que las historias cotidianas puedan ganar el espacio que se merecen se necesita tomar las armas de la literatura para escribir la noticia en forma de historia siempre con exactitud y veracidad, los dos pilares del periodismo.
Detectar, también, lo diferente. Plantearse el desafío de contar lo que ninguno de los cronistas de otros medios vio si se trata de una noticia del día o investigar y sacar a luz el tema que está atravesando a gran parte de la sociedad y que las agendas de los medios no detectan.
Entonces llega el momento de las técnicas, que este curso tiene preparadas a través de ejemplos y trabajos prácticos: cuáles son, por ejemplo, las fuentes de las que se nutre el periodismo social, cómo se cuenta una noticia a través de los elementos de la narración, cómo se elige al personaje o la voz adecuada para contarla, cómo no caer en las trampas de los golpes bajos, qué preguntas hacerse para evaluar un tema y, por último y no menos importante, cómo convencer a un editor de que esa historia merece espacio.
Más información en: www.delaspalabras.com