Para el año que se inicia...

A esta altura del año queremos dejar algunas palabras...

En principio, vaya un agradecimiento especial a quienes nos visitan cada tanto. Se necesita siempre de un espejo para que refleje lo que el blog difunde y cómo llega a cada uno de ustedes.

Como diría Lance, este es un trabajo artesanal, se hace cuando se puede, cuando hay tiempo y también algo para decir, intentando ofrecer un servicio.

Vórtice está por el placer de escribir y por tratar de despuntar ese apasionante oficio que es el periodismo, que se extraña horrores pero que siempre se lleva latente donde uno vaya.

Para el año que se inicia... hablar de paz y prosperidad sería caer prácticamente en un lugar común, periodísticamente hablando, porque es lo que todos o la mayoría deseamos.

Desde aquí bregamos simplemente por un mundo un poco más previsible para todos.

Que el 2009 nos encuentre con las fuerzas suficientes para luchar siempre por nuestros sueños, y que las adversidades que se presenten no sean más que oportunidades para salir adelante.

Como corolario, queremos dejarles un breve pasaje de la vida del inventor Thomas Alva Edison, ejemplo de tenacidad y temple que logró hacer realidad muchos de sus sueños y no se detuvo ante nada.

El laboratorio de Thomas Edison fue prácticamente destruido por un incendio en Diciembre de 1914.
Aunque el laboratorio era de cemento, que se pensaba que no podía arder.
Por lo tanto, gran parte del trabajo de Edison se destruyó esa noche.
Sin embargo, cuando su hijo Charles encontró a Edison,
que en aquel momento tenía 67 años, él estaba contemplando la escena tranquilamente,
con su cabello blanco ondeando en el viento.
Cuando Edison le vio, lo único que dijo fue :
"Este incendio es de gran valor, todos nuestros errores se están quemando con él. Gracias a Dios, podemos empezar de nuevo".

Tres semanas después del incendio, Edison fabricó su primer fonógrafo.

Sebastián Damiano - 31/12/2008