Y el tipo no le afloja...
Bien se sabe que es toda una odisea vivir del periodismo no sólo en pueblos del interior como el nuestro sino también en las grandes ciudades, donde hacerse un lugarcito entre tantos que buscan su oportunidad en un medio, hace que encontrar trabajo no sea fácil.
Pero Carlos Lance va, perseverante, más allá de todo, dejando debajo de la puerta su querida Revista Renovación.
Hoy llega a casa en una hoja tipo carta. Y créame estimado lector, que vale el esfuerzo, no sólo por lo que pueda demandar económicamente cada publicación, sino también por el compromiso que conlleva escribir, hacerse cargo. A sabiendas que ese "hacerse cargo" implica que, más de una vez, la posición del periodista moleste y se pierda hasta el saludo de alguno que quedó ofendido. Pero esas son las reglas de juego, el periodista no está para agradar.
¿Por qué lo hace entonces? se preguntará usted. Porque de además de ser un trabajo, una hay una necesidad de decir, de comunicar, de querer cambiar las cosas y ése es el valor intrínseco que queremos destacar.
La página web tiene su llegada diaria a unas 300 personas y ello implica una responsabilidad, que cumple con la función de mitigar aunque sea un poco, la necesidad de informarse, no sólo de los que están en 25, sino también de aquellos que están lejos de su terruño y que necesitan saber como transcurre la vida en nuestro pueblo.
Vaya nuestro reconocimiento por el esfuerzo de todos los días.
Bien se sabe que es toda una odisea vivir del periodismo no sólo en pueblos del interior como el nuestro sino también en las grandes ciudades, donde hacerse un lugarcito entre tantos que buscan su oportunidad en un medio, hace que encontrar trabajo no sea fácil.
Pero Carlos Lance va, perseverante, más allá de todo, dejando debajo de la puerta su querida Revista Renovación.
Hoy llega a casa en una hoja tipo carta. Y créame estimado lector, que vale el esfuerzo, no sólo por lo que pueda demandar económicamente cada publicación, sino también por el compromiso que conlleva escribir, hacerse cargo. A sabiendas que ese "hacerse cargo" implica que, más de una vez, la posición del periodista moleste y se pierda hasta el saludo de alguno que quedó ofendido. Pero esas son las reglas de juego, el periodista no está para agradar.
¿Por qué lo hace entonces? se preguntará usted. Porque de además de ser un trabajo, una hay una necesidad de decir, de comunicar, de querer cambiar las cosas y ése es el valor intrínseco que queremos destacar.
La página web tiene su llegada diaria a unas 300 personas y ello implica una responsabilidad, que cumple con la función de mitigar aunque sea un poco, la necesidad de informarse, no sólo de los que están en 25, sino también de aquellos que están lejos de su terruño y que necesitan saber como transcurre la vida en nuestro pueblo.
Vaya nuestro reconocimiento por el esfuerzo de todos los días.